Tradicionalmente, se dice que el agua es inodora,   incolora y   insípida, pero eso no es totalmente cierto, tiene matices. En la semana en la que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente,  Viaqua quiso poner la prueba el olfato, vista y gusto de distintas  personas tanto en Santiago de Compostela como en Pontevedra.

Durante la cata los participantes pudieron entrenar el olfato, el gusto y descubrir diferentes matices de cuatro tipos distintos de agua, embotelladas y del grifo. En Santiago se organizó una cata con "mamás  instragramers", padres y un taller de reciclaje de plásticos para sus hijos e hijas.  En Pontevedra, la cata estuvo dirigida la diferentes personalidades de la ciudad entre los que estuvieron el Alcalde de Pontevedra, Miguel Ángel  F. Lores, concejales y concejales, Iñaki Bretal, chef del Grupo Nove, representantes de  SETGA, de la Asociación de Hosteleros de Pontevedra y miembros del Club  Waterpolo Pontevedra, entre otros. 

Solemos clasificar el agua como “buena” o “mala” en función de un aspecto claramente subjetivo, su sabor, sin valorar otros aspectos que deberían guiarnos a la hora de elegir el agua que bebemos. La seguridad, puesto que el agua que sale por el grifo es la más controlada, la sostenibilidad, el agua del grifo es la más sostenible porque no genera plásticos y la  economía, es la más económica, beber agua embotellada cuesta entre 500 y 1.000 veces más que la del grifo.

Como resultado de la cata, las aguas de baja mineralización fueron las mejor valoradas, algunas aguas procedentes del grifo son consideradas de baja mineralización pero pueden producir cierto rechazo por matices de sabor a cloro. Lo que los participantes no sabían es que el cloro es un elemento obligatorio y garantizador de la seguridad del agua que se bebe.